y se ha instalado aquí,
donde tu nombre comienza a ser un árbol
que me da sombra con sus siete letras.
Sin permiso, sin prisa -con un rostro tan nuevo
que no conocí sus ojos antiquísimos,
sus garras de milano, su paciencia-.
que no conocí sus ojos antiquísimos,
sus garras de milano, su paciencia-.
Ha dado órdenes para que el sol alumbre
y ha clavado su espuela aquí,
y ha clavado su espuela aquí,
donde tus ojos me pierden y me ganan,
aquí donde tu voz, donde tu mano
lustra la piel de este animal que tiembla
hirsuto y tan hermoso,
que ahora es guerrero el sueño al que despierto.
aquí donde tu voz, donde tu mano
lustra la piel de este animal que tiembla
hirsuto y tan hermoso,
que ahora es guerrero el sueño al que despierto.
Mientras la muerte huye,
de nuevo estoy a salvo.
de nuevo estoy a salvo.
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