EL TREN *Pepe Rubianes*



Se me acaba el tiempo

y hay que ceder el sitio.
Así es la cosa.

Es curioso ver
como la vida te desliza limpiamente
hacia su lado más extremo
a un ritmo lento o rápido,
según convenga,
sin compasión, sin pasmos,
sin aspavientos: con
la elegancia de la experiencia
bien ensayada.

Y hay que caminar
hacia la hora perfecta
con la cabeza erguida
y el ritmo justo
que da compás a los sueños…
Así es la cosa.
Así de simple.

Un día, no lejano,
habrá que comenzar
a hacer el equipaje,
porque el viejo tren espera,
siempre espera.

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