EN UN CONCIERTO DE BACH *Adrienne Rich*



Atravesando la ciudad en una noche de invierno,
dijimos que el arte y la vida son polos opuestos.
Aquí nos acercamos a un amor que no conoce la lástima.

Esta anciana disciplina, severamente tierna,
renueva la creencia en el amor y sin embargo controla el sentimiento,
convirtiendo lo que soportamos en una bendición.

La forma es la ofrenda más grande que el amor puede ofrecer,
la unión vital de la necesidad con todo lo que deseamos, 
todo lo que sufrimos.

Un arte demasiado compasivo es apenas un arte a medias.
Sólo tan altiva y comedida pureza,
restaura el demasiado traicionado corazón humano.

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