y más próxima a mí que mis sentidos.
Hablabas desde dentro del amor,
armada de su luz.
Nunca palabras
de amor más puras respirara.
Estaba tu cabeza suavemente
inclinada hacia mí.
Tu largo pelo
y tu alegre cintura.
Hablabas desde el centro del amor,
armada de su luz,
en una tarde gris de cualquier día.
Memoria de tu voz y de tu cuerpo,
mi juventud y mis palabras sean,
y esta imagen de ti me sobreviva.
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