LA TERQUEDAD DE PENÉLOPE *Louise Glück*



Un pájaro llega a la ventana. 
Es un error considerarlos solamente
pájaros, muy a menudo son
mensajeros. Por eso, una vez
se precipitan sobre el alfeizar, 
se quedan perfectamente quietos, 
para burlarse de la paciencia, 
alzando la cabeza para cantar:
pobrecita, pobrecita, 
un aviso de cuatro notas, para volar luego
del alfeizar al olivar como una nube oscura.

¿Pero quién enviaría a una criatura tan liviana
a juzgar mi vida? Tengo ideas profundas
y mi memoria es larga; 
¿por qué iba a envidiar esa libertad
cuando tengo humanidad? 
Aquellos que tienen el corazón más diminuto 
son dueños de la mayor libertad.

Comentarios