MURO DE LAMENTACIONES *Vidaluz Meneses*




Esta vez no ahogaré la memoria,
asumiré los muertos y 

la separación de los amantes,
que es otra forma de morir.

No deambularé esquizofrénica por el mundo
sino con el estandarte del holocausto vivido.

No ahogaré sus voces que claman por el reino
que no hemos podido construir.

No ignoraré la sangre en el barro,
el alarido del fondo de las entrañas,
el rugido de la multitud acumulado en el pecho,
la furia de los impotentes,
el mal gusto de gritar en una calle contra
las impecables paredes,
la punzada directa en el corazón
al detenernos en un semáforo.

No pondré diques al llanto,
ni pensaré las palabras en el fiel de la balanza.
La mediocrita áurea hecha trizas
-la mesura apartada por inútil-.
Sin tributos ni mayores concesiones a la vida.


Hay un tiempo de llorar que debe ser cumplido
hasta el hundimiento total, valle de lágrimas,
muro de lamentaciones,
rasgadura de velos para que salga el ánima
y se exponga en la piedra de sacrificio.

Hora en que naufrago suelta del asidero de la vida,
hora del despliegue de la orfandad hasta el final,
más allá de lo visto y vivido, mas allá.

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