TURNO DE NOCHE *Sylvia Plath*



No era un corazón latiendo,
aquel retumbo sordo, 
aquel clamor lejano; 
no era el percutir de la sangre en los oídos, 
intensificando una fiebre
que imponer a la noche.
El ruido venía de fuera:
Un detonante metálico,
propio, a todas luces, 
de aquellos suburbios aquietados: 
nadie parecía sobresaltado por aquel sonido
que hacía temblar la tierra con su martilleo,
y que se iba enraizando a medida que me acercaba
a la fuente de sus secos reverberos, 
expuesta, aturdida por mi errónea conjetura:
Enmarcados por las ventanas de la fábrica
de plata de la calle principal, 
unos inmensos martillos alzados, 
varias ruedas de engranaje atascadas, 
dejaban caer su vertical
tonelaje de madera y metal,
golpeando la médula. 

Varios hombres en camiseta blanca daban vueltas, 
manejando sin cesar aquellas máquinas engrasadas.
Manejando sin cesar, la brutal, incansable realidad.

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